Dominica in Palmis es, antes que nada, el ambicioso sonido de un hombre que logró transmitir su voz y sonido a una sociedad que nacía de a poco. Gracias a las riquezas que Brasil ofrecía a sus colonos, muy pronto el esplendor de las artes tuvo su apogeo. Poco a poco nacieron obras y composiciones maravillosas que sobreviven hasta nuestros días. Esta es un claro ejemplo de ello y con muy poco esfuerzo nos demuestra las razones.

Con prestar atención un segundo escuchamos esos violines dulces que se mueven con la soltura extraordinaria de la confianza y el desenfado típico que la música sacra intenta transmitir al oyente. A esta base sonora se le suman dos voces de ópera, las cuales comparten un protagonismo interesante. La voz de mujer, versátil y expresiva, se contrapone al fuerte y ceremonial timbre del hombre. Esta pareja se va turnando constantemente y en el proceso crean una narración melódica muy sutil que dota de un poderoso contenido lírico a la composición.

Así, este relato se hace más marcada conforme la voz de los coros se suma, pues la dotan de profundidad e intencionalidad. De esta forma, la mezcla de todos estos elementos termina creando una atmósfera extraordinaria que ofrece consuelo al pensamiento y regocijo a los creyentes.

Definitivamente Dominica in Palmis tiene un encanto propio y el color del mundo que construye es uno que auténticamente merece ser disfrutado. Si tú también quieres conservar esta dulce melodía, recuerda que la puedes descargar esta música cristiana, ponemos a tu disposición esta y muchas otras composiciones cristianas que seguramente te cambiarán el día.