• Johann Strauss II, quizás este nombre no te suene demasiado, sin embargo, estás ante el hombre cuyo título fue el rey del vals. No es poca cosa. Este compositor austriaco fue un genio capaz de crear obras íntimas que formaron parte de la historia de muchos lugares de su siglo y constituyen el armazón histórico de nuestra cultura. Disfrutar de su sonido, lejos de ser un placer, es una experiencia cautivadora que nos invita a danzar al compás de melodías embriagantes y dignas de constituir legado y eternidad de la música clásica universal. Atrévete a conocer su sonido y a penetrar allí en donde se construyó nuestro presente.
  • No se puede pasar por el romanticismo musical sin detenerse en Fréderic Chopin. Sus composiciones encierran el espíritu más nostálgico de este movimiento. La mayoría de sus obras son extensamente conocidas tanto por profesionales como inexpertos. Y es que la sencillez y belleza de sus piezas permiten que el público pueda disfrutarlas sin tener estudios profundos. El estilo musical que marca en cada una de sus creaciones se entiende con el alma.
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