Música romántica Don't Wanna Go

Genre:Pop

Divertida y pegajosa, como si estuviésemos escuchando la mejor música de Kevin MacLeod. Si piensas que la música pop ya no tiene nada nuevo que ofrecer, te invitamos a descubrir este tema de The DLX. Es una opción genial a la hora de escuchar música gratis en mp3 que te resultará agradable desde sus primeras notas.

“Don’t Wanna Go” es un himno al enamoramiento repentino, a ese amor a primera vista del que tanto hemos escuchado hablar en la cultura popular y que, seguramente, todos hemos sentido alguna vez. La letra describe ese primer encuentro entre el hablante lírico y la chica que despierta su fascinación, de ahí que el tono de la canción sea sensual y en la música se logre una atmósfera propia de un encuentro amoroso.

A través del uso de sintetizadores y baterías electrónicas que marcan un ritmo calmo y relajante, la voz de Chaumbliss despliega sus encantos y su retórica para tratar de seducir a la chica. La impresión inicial que causa su belleza da paso a un tono más seguro, más confiado: el hablante lírico no titubea en acercarse, en hablarle e invitarla a conocerse.

Se trata de un tópico muy presente en la música pop contemporánea, pero lo que destaca de esta producción de The DLX es la manera en que la instrumentación está a la par de la voz en su capacidad de sugerir sensualidad y erotismo. Por ello, la producción es limpia y diáfana, sugiere una luminosidad tenue, un ambiente propicio para una velada romántica.

Musicalmente, el tema muestra influencias que me recuerda a artistas como James Blake y The Weeknd, expertos en combinar la sensibilidad del R&B con la producción propia de géneros electrónicos como el dubstep y el chillwave. Más allá de estos destellos de genial contemporaneidad, la estructura del tema es bastante clásica: versos lentos que van creciendo en intensidad hasta el punto de ebullición de unos estribillos fantásticos donde la voz se muestra más libre.

La voz es la gran protagonista. Justamente, gracias al reverb, Chaumbliss suena con una claridad que le permite brillar. De tal forma, su forma de entonar es suave, paciente, como si hablase al oído de la chica de quien se habla en la letra. Acompañan a la voz un sintetizador que toca notas aisladas muy suaves de y un ritmo irregular cercano al 2-step. Asimismo, a medida que avanza el verso, van apareciendo otros sonidos de teclados en el fondo que enriquecen las texturas suaves del tema.

Por último, aparte de su estilo de producción novedoso y la ejecución vocal fantástica, el mérito de The DLX es presentarnos una canción que toma un tópico bastante gastado de una manera novedosa. El artista no nos presenta una balada amorosa y sentimentaloide; tampoco se afinca en la lujuria y en la atracción física como motores creativos. En conclusión, es un tema a medio camino entre ambos extremos, que nos presenta una situación más real que aquellas idealizadas baladas pop clásicas, y más emotiva que algunos temas contemporáneos que rayan en una carnalidad prosaica.