Música romántica Morning Mood

Para muchos, las mañanas no suelen ser el momento favorito del día. El despertador suena, la rutina comienza y la dinámica de la vida da sus primeros pasos. Sin embargo, lejos de nuestra diminuta existencia hay algo que nos excede, elude y supera. Es la naturaleza aferrándose a ese nuevo día, los rayos del sol calentando el planeta, el mundo despertando de su profundo sueño para reiniciar todos los ciclos y darle continuidad a todas las cosas.

Ese despertar es poderoso, fuerte y cargado de una vitalidad cegadora. Al menos así nos lo transmite el compositor Evard Grieg en su obra eterna Morning mood. Una pieza que retrata, con el dominio de un maestro, los matices, colores y formas que nacen con la aurora, se intensifican hasta la salida del sol y decaen mientras este se mantiene inmóvil, alimentando la vida.

Esta obra combina una serie de armonías en mi mayor producidas por voces que se disputan la melodía principal, como si fueran coristas que compiten en sucesiones distintas por el protagonismo. En primer lugar encontramos los instrumentos de viento-madera, un juego de flautas, oboes y clarinetes que complementan su avance con sonidos dulces. Aunque aparecen intercalados, como matices sonoros de lo que es el leimotiv melódico de la obra, también irrumpen los viento-metal, como es el caso de las trompetas, para disputar la pieza y agregarle una contraparte y cierre al resto de notas producidas por el compendio de instrumentos de viento.

Debajo de estas voces melódicas se encuentra una base producida por la sección de cuerdas. De ellas, tiene principal protagonismo los violines, quienes vienen a representar el ambiente, la humanidad dormida, el mundo en calma que es sacudido por la potencia de los instrumentos de viento, cuyo sonido representa la energía del sol y la transición de la fría noche al calor del día esparcido sobre la tierra.

Esta pieza de Edvard Grieg fue construida como música incidental, es decir, como acompañamiento de la obra teatral Peer Gynt, específicamente en el cuarto acto en el que sonoriza un amanecer en el desierto marroquí. Desde entonces su concepción ha pasado a ser una alabanza a la fuerza del amanecer y ha cautivado a los oyentes por lo que parece ser una de las mejores descripciones musicales de esta transición de la madrugada al sol ardiente.

¿Te gustaría despertarte de vez en cuando escuchando esta melodía? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! Recuerda que puedes descargar gratis esta y muchísimas más canciones en nuestra página web.