• Hay canciones que llegan a lo profundo del alma y en cuestión de compases nos conmueven profundamente. Al escucharla somos espíritu y pensamiento, formas y colores que se mezclan con esa atmósfera surreal que nos invita a cerrar los ojos y a convertirnos en parte de los instrumentos que escuchamos, la voz que canta y, por supuesto, cada uno de los sentimientos que florecen ante nosotros. Esas canciones son poderosas, únicas, capaces de arrancarnos confesiones y robarnos algunas lágrimas. Este es el caso de Qué sería de mí, una maravillosa composición de Jesús Adrián Romero. Pertenece a la música cristiana pero te aseguro que con tan solo escucharla una vez, olvidarás cualquier prejuicio. ¿Quieres comprobarlo? ¡Acompáñame!
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