- Permíteme llegar a tus oídos en esta oportunidad a través de este suave y sutil sonido que emula la voz que da vida a todas las cosas. Esta composición nos desarma en un segundo. Su melodía nos toca, una por una, todas las fibras del alma. No podemos detenerla. Frente a ella nos quedamos en silencio, hipnotizados, con los sentimientos floreciendo como las margaritas y los girasoles durante el otoño. Somos simples mortales y esto lo recordamos mientras escuchamos, pues cada nota y canto encierra nuestra humanidad en la gloria de un poema convertido en música. Acompáñame. Date la oportunidad de sentir al máximo la voz del ser humano implorando entre susurros el Ave María.