- El descubrimiento de un nuevo mundo siempre causó gran impresión en los europeos. El surgimiento de nuevos países, culturas y ciudades dueñas de un esplendor único y jamás visto era una fuente de inspiración para miles de artistas de toda índole. Este fue el caso del checo Antonín Dvořák, un gran compositor que llegó a Estado Unidos y en menos de un año creó el sonido íntimo y personal de lo que para él significaba el nuevo mundo.