- Es difícil imaginar una pieza que en menos de cinco minutos pueda contar una historia tan íntima. La larga trayectoria del compositor Myuu parece ser el elemento distintivo que permite tal cosa. En esta obra, los sentimientos colisionan constantemente. El sonido va y viene, sufre y llora, nace y muere. Basta un instante para quedar seducidos bajo su efecto calmante y tranquilizador. Como música para relajarse y dormir es perfecta, pero su potencial va mucho más allá. ¿Quieres descubrirlo? Conócela. Te prometo que no te arrepentirás.
- Apostaría que alguna vez has escuchado el apenado y penumbroso primer minuto de esta pieza. En algún lugar, durante alguna película o video, esa sucesión de sonidos ha llegado a tus oídos. Sin embargo, estoy seguro de que muy pocas veces has escuchado más allá del primer minuto. Lo sé porque a mí también me sucedió, pero esta semana me ha llegado esta melodía como un auténtico regalo, listo para cambiarme las ideas que tenía acerca de ella. ¿Quieres saber por qué? Acompáñame y te cuento.