Un piano. Chopin siempre logra un sonido celestial con un piano. La variación de armonías que arranca de él nos pasea por ese mundo íntimo que ha compuesto desde su visión de la vida y que ahora nosotros lo acunamos con sentimientos y emociones personales revividas en cada nota.
Para hablar de esta pieza hay que mencionar su compleja carga emocional: ninguno de sus sonidos son al azar. Cada uno de ellos va describiendo un avance, una progresión hecha para que los vivos conduzcan lentamente al caído hacia el sepulcro de la muerte.
Aunque puede sonar lúgubre, conforme escuchamos esa progresión acongojada y adolorida del inicio —que de alguna manera representa el lamento de los vivos—, todo cambia inmediatamente gracias a una melodía de acordes dulces que nos hace flotar, quizás por el mundo de la muerte, la otra vida, la nueva realidad de aquel que nos ha abandonado.
Los oídos atentos descubrirán con mucha facilidad que este juego de arreglos gloriosos y agradables tienen dos escalas, una que inicia tímida y más grave; con notas que, a veces, dudan y regresan a la marcha fúnebre en una representación bastante cercana al rechazo a la muerte por parte de los vivos.
Sin embargo, desde el minuto 2:33 llega la segunda escala, la definitiva, esa que aparece con notas agudas, en una clave débil, melancólica pero preciosa y sutil. Pareciese representar el susurro de quien se ha ido, la súplica de que no se olvide nunca el tiempo transcurrido, aunque ruega no nos obsesionemos con la añoranza de días que ya han terminado.
Esta escala se mantiene en el grueso de la obra y el oyente puede perderse en ese mundo tan puro y revivir en su memoria recuerdos del ayer. Todo va lento, armonioso y frágil hasta que cesa y reaparece la marcha fúnebre para recordarnos, —a Chopin le agrada sacudir nuestro pensamiento—, que ha terminado el momento de la añoranza y que ahora solo queda la ausencia de aquellos que se han ido.
Estoy seguro de que esta pieza puede enriquecer tu biblioteca musical, así que aprovecha la oportunidad de descargar música gratis en mp3 y déjanos un comentario de aquello que te transmite o te hace sentir esta canción.
Anónimo –
Gracias por compartir tan bella musica.
María –
Belleza de la Paz sepulcral y de los sonidos dulces
Gracias¡