¿Puede una pieza transmitir tanta melancolía y cambiar tan bruscamente hacia un ambiente épico y aguerrido? Clone Me Twice nos demuestra que sí. Esta intensa composición nos pasea por los lugares más inusuales del pensamiento. Sin mucho esfuerzo se transforma en la brisa que sopla en medio de dos ejércitos dispuestos a dispararse, en la desesperación del hombre que mira su reflejo en medio de una habitación en penumbra, en el dolor comprimido del llanto desconsolado de otro día de dificultad y, sin embargo, súbitamente se vuelve la energía del combate, la determinación para seguir adelante, la fe ciega en que sin importar el obstáculo, saldremos vencedores.