El Punteo del son se enfoca en capturar la esencia de las raíces que componen a los pueblos latinoamericanos. Si bien puede parecer que sus composiciones tienen un carácter muy purista en cuanto al cuidado del género, sus canciones se generaron tras una hibridación cultural. Esa mezcla se fue tejiendo con el pasar del tiempo y ahora este grupo se encarga de proyectar su mejor material para que el mundo lo conozca.
Estos principios de producción son notorios en una de sus piezas más representativas. Se trata de “El carpintero”, una canción que posee gran riqueza compositiva a partir de pocos elementos. Esta vez decidieron mantenerlo simple entrelazando el son básico de esta música folclórica que es el punteo y la percusión.
El primero de ellos es también llamado arpegio por la similitud en que se toca la guitarra o el cuatro a modo de arpa. Esto quiere decir que la técnica del punteo se fundamenta en hacer sonar de forma individual las cuerdas. A diferencia del rasgueo que toca simultáneamente todas las cuerdas para dar con el acorde. El resultado del arpegio es un sonido más agudo, pero más solitario, y por ende, desborda una sencillez incomparable.
Te percatarás de que el punteo destaca precisamente porque los acordes suenan solos a pesar de que después se unan a la melodía. Aunado a este aparece la percusión, que funciona de fondo para la primera técnica musical descrita. La misma consiste en el repique de tambores que suele utilizarse para la gaita tocada en la región zuliana de Venezuela.
De hecho, la unión de ambas en “El carpintero” suena casi como la fulía maracucha que es un ritmo monótono que acompaña la interpretación vocálica. En esta pieza siempre suena la misma melodía de fondo, salvo el inicio, que es una especie de introducción a puro arpegio. La belleza de estos primeros segundos de canción es invaluable. Su ejecución es llevada a cabo de forma prolija, cuidando cada puntada que suena sin acompañamientos.
No hay que menospreciar la interpretación vocal de esta composición. En primera instancia aparece una voz femenina pidiendo al carpintero hacer una silla para ella. Luego entra la parte masculina diciendo que aprendió su profesión del pájaro carpintero. Tales afirmaciones son frases que representan el quehacer cotidiano de las personas en áreas rurales en conexión con su oficio y actividades frecuentes.
Es por esta razón que el valor de la música folclórica no está contenido en autor o cantante del género. La voz del cantante está interceptada a su vez por la voz de un colectivo que narra sus pequeñas anécdotas como aventuras que deben ser comunicadas. El Punteo del son logra este objetivo dejando el ritmo autóctono y añadiendo voces que realizan un diálogo que plasma la sencillez rural.
Sin embargo, “El carpintero” consigue expresar la delicadeza de sus tonadas es esa introducción a dos guitarras solo con arpegio. Si deseas deleitarte con este tema, puedes descargar gratis música haciendo clic en el botón en la parte superior de esta página.El cual está grabado en perfecta calidad.
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