La que escuchamos es una cantata compuesta para la celebración de la Pascua. Es una melodía cristiana instrumental que consta de dos elementos que interactúan y se intercalan constantemente hasta formar una armonía preciosa y atípica dentro de la música clásica. La mezcla de estos dos instrumentos crea una verdadera sensación de dicha y felicidad, ideal para la celebración religiosa.

Por un lado encontramos un órgano afilado, con notas que crecen y avanzan a buen ritmo. Nunca deja de sonar, por lo cual, crea una base homogénea que sirve de lienzo para los colores y textura que produce el segundo instrumento protagónico: la trompeta.

Esta se cuela entre la progresión armónica del órgano y le inyecta una fuerza melancólica y rotunda. Cada aparición le asigna un sentido temático a la pieza y le confiere una carga emotiva que combina a la perfección con su coprotagonista. Así, juntos entablan una conversación agradable que nos pasea por ascensos y descensos tenues y repletos de sentimientos.

Al escucharla nos sentirnos flotar al ritmo de sus vaivenes y la sutiliza con la que habla cada instrumento. Sus voces son una sola y nos conducen hacia una dicha agradable y contagiosa. No hay momento para pausas, así como tampoco para silencios, pues esta es una pieza ideada para ser continua. Por ello, nos mantenemos envueltos en su sonido casi sin darnos cuenta. Gracias a esto, la meditación surge natural y la imaginación vuela lejos, muy lejos, directa hacia un mundo en el cual no hay temores ni problemas, solo la paz

De esta manera, esta exquisita obra de Sebastian Bach —a veces desconocida para muchas personas—, ruge con la fuerza de sus instrumentos y nos hace sentir en verdadera sintonía con nuestro entorno. Si quieres disfrutar de ella en todo momento, recuerda que la puedes escuchar y descragar esta música cristiana aquí en lamusicagratis.com.

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