Unas ligeras y repetitivas notas de arpa invaden la atmósfera. La mano que la toca crea un ambiente aparentemente solitario, aunque un rumor de violines se eleva cada vez con mayor fuerza. En ese ambiente, la noche es espesa, el silencio pesado, y de pronto se alzan las notas disonantes de un violín. No lo toca cualquiera, quien lo guía es la mismísima muerte, y eso lo demuestra con atinado descaro en la manera tan prolija con la que se mueve y levanta el rumor de una melodía preciosa.
La Danza Macabra es un concierto ejecutado por el violín. Le acompañan varios instrumentos de metal como el flautín, flautas, oboes, clarinetes, fagots, trompetas, y trombones en una sinfonía que se desborda. A cada segundo, teniendo el violín como voz principal, los instrumentos se superponen unos encimas de otros y compiten por imponer su sonido. Eso sí, siempre brindándole el espacio necesario al violín para que se deslice con toda su fuerza y voluntad.
¿Cuál es la razón de ello? Pues que esta música clásica, compuesta por Camille Saint-Saëns es un poema sinfónico, inspirado en una creación de Herni Cazalis, que recrea a la Muerte tocando el violín mientras que los esqueletos despiertan y bailan a su compás en una celebración exquisita que termina cuando el gallo alza su canto a la aurora.
Esta composición nos arranca estados de ánimos muy variados. El juego de instrumentos respondiendo a la voz del violín es una maravillosa muestra de arte que nos introduce a la narrativa creada para esta pieza. Cada cambio aparece de forma brusca. Uno por uno los instrumentos tienen su momento de luz y oscuridad, a veces están en primer plano y luego pasan a ser base sonora de la armonía.
Si cerramos los ojos podemos encontrar el juego dinámico de los sonidos producidos por cada uno de los instrumentos. Ellos tienen tal química que nos hacen vivir una experiencia veloz, cambiante y placentera. No hay espacio para el descanso. Son pocos los silencios o las calmas que posee y eso nos regala más de siete minutos de dinamismo, mutación y un misterio narrativo protegido con todos los cuidados y llevado hasta nosotros antes de que la aurora aparezca en el cielo e interrumpa la Danza Macabra.
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