Hoy te quiero presentar una composición de música cristiana del gran maetro Josef Rheinberger. Son muchas las célebres creaciones que posicionaron a este organista como uno de los principales compositores de este género; sin embargo, la famosa Bleib bei uns sobresale con mucha notoriedad.

No es un hecho fortuito. Este canto celebra la vida y relata, a través de voces delicadas y perfectas, el texto bíblico en forma de canto y oración. Frente a él no hay posibilidades de quedar inmutables, su sonido nos llega desde todos los lugares y acobija nuestro espíritu de tal forma que nos sentimos vulnerables y receptores de una fuerza desconocida. De golpe todo adquiere un aura sagrada y aquellas voces que arden con el fuego de la fe, nos ofrecen la senda hacia un destino precioso.

Así, casi como peregrinos, perseguimos a esas voces que narran, viven, transmiten y sienten cada sílaba que pronuncian. Sin darnos cuenta cerramos los ojos, escuchamos atentamente y padecemos un trance de emociones y sentimientos. Este sonido nos desviste, desarma todas las defensas y nos eleva del mundo terrenal para apreciar la gran obra de la vida.

Resulta sumamente irreal el poder de esta composición. Este cántico termina adoptando la forma de un vals que nace y muere con esas voces masculinas y femeninas que suben hasta el cielo. Ellas entremezclan sus contrastes y colores para crear una plegaria, una oración silente, una súplica humilde en nombre de todos los hombres y mujeres que seguimos aquí en este mundo tratando de entender la vida y anhelando conjurar la forma correcta de vivirla.