Desde una tierra lejana y olvidada por el ser humano, llega una melodía que nos recuerda el verdadero poder que tiene la música de orquesta. Interstellar Space es el preludio de algo grande que está a punto de suceder, el inicio de algo que todavía no alcanzamos a imaginar, la antesala de una historia épica y legendaria de la cual ahora somos testigo.

No hay vuelta atrás.

Los violines han iniciado su marcha, la música para video épica ha iniciado y nosotros somos sus espectadores. No podemos escapar de esta responsabilidad… tampoco queremos hacerlo. Basta unos segundos para que estemos completamente a merced de este sonido. Algo en nosotros se ha transformado con sus notas, estamos expectantes, deseosos de que continúe su ascenso y rompa el suspenso que insistentemente se esfuerza en remarcar durante los dos minutos que dura este instrumental.

Hay muchos aciertos en esta melodía. Su capacidad para atraparnos de inicio a fin no es algo casual, tampoco un golpe de suerte, sino que responde a algo mucho más profundo. Hay intencionalidad en cada nota y cambio, en cada instrumento que entra y sale de la escena. Se trata de una narración melódica, una composición que intenta narrarnos una historia a través de sus instrumentos, algo que estamos acostumbrados a ver en la música de películas épica pero que resulta sorprendente de escuchar en una melodía libre de copyright.

Interstellar Space es el inicio de una historia. Ni siquiera es el primer capítulo. Esta es la melodía de introducción. En ella se nos revela todo lo que debemos saber incluso antes de que seamos consciente de ello.

Por este motivo, no es nada extraño que su sonido sea siniestro y alegre, que vaya de lo claro a lo oscuro, o que su plácido sonido se muestre caótico de repente. El instrumental nos pasea de la paz al peligro cada segundo. Su objetivo es mostrarnos dos bandos divididos, dos choques, dos realidades que opuestas que van a colisionar al encontrarse. ¡Esa es su historia! Y sin siquiera presentarnos personajes ni dilemas, ya sabemos que hay dos realidades que se opondrán mutuamente.

John Bartmann ha trabajado desde la dualidad. Su objetivo ha sido crear una música que se habla a sí misma. Los instrumentos arrojan una pregunta al aire y se la responde a sí misma con fuerza y de terminación. Los violines gritan un tono luminoso al espacio. Su sonido es el de la esperanza, el anhelo, la búsqueda de algo parecido a la felicidad; pero en contrapeso tenemos al chelo. El suyo es el sonido del peligro, la oposición al anhelo, la búsqueda por el objetivo contrario al de nuestro protagonista.

Así se va construyendo esta música sin copyright. Relata una historia melódica que no todos somos capaces de percibir, pero que está allí, tan clara y fuerte que al entenderla nos sentimos ansiosos por saber su continuación. Estamos atrapados en la intriga y en la necesidad de llegar al fondo de su ritmo.

Por eso no es de extrañarnos que Interstellar Space haya ganado tantos adeptos. Es uno de esos sonidos que no son fáciles de olvidar y que nos dejan un gusto adquirido por descifrar las intencionalidades que se esconden detrás de la música para juegos, videos y películas.

Su ambiente nos atrapa incluso en contra de nuestra voluntad y ahora que ya conocemos su poder, es imposible que no queramos más.

Si esta es la sensación que te ha despertado la creación de John Bartmann, permítenos darte la bienvenida. Eres uno de los nuestros, un amante de la música instrumental y alguien que valora los pequeños detalles. Eres digno de conocer todos los secretos que se esconden detrás de esta música sin copyright y utilizarla allí donde lo creas conveniente.

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Además, puedes descargar gratis esta banda sonora y llevarla a todos los lugares que lo necesites. Su sonido te ayudará a canalizar todos los problemas que tengas en tu día a día y convertirá tus ideas en algo explosivo y poderoso.

De igual forma, si ahora que conoces el poder de los instrumentales no puedes dejar de querer encontrar otras melodías nuevas y diferentes, no te preocupes. Visita nuestro catálogo de melodías y deja que su sonido te lleve por lugares que ni siquiera creías posible.