Hay quienes dicen que cada canción tiene una función y nosotros estamos completamente de acuerdo con esta teoría. La música tiene alma, voluntad e intención. Cada ritmo nos despierta algo que estaba dormido en nuestro interior y lo que hace Zen Garden II es exactamente esto. Su ritmo crea la atmósfera perfecta para que drenemos la rabia que hemos guardado por tantos meses y quememos con ella la ciudad.

Esta banda sonora de rock fue ensamblada con el único propósito de hacernos entender que, durante los próximos tres minutos, la violencia sí es la solución.

Pero no se trata de una violencia física, sino interior. Zen Garden II ha llegado para revivir nuestro lado más salvaje y dejar que salga aquello que creíamos dormido. Esas malas experiencias que tuviste el mes pasado, todo lo que acumulaste y querías gritarle a tu jefe, o ese problema que tuviste con tu mejor amigo y nunca resolviste. Cada una de esas situaciones acumuladas ahora se unen en tu pecho y serán expulsadas gracias a este hard rock devastador y potente.

Con el fuego quemando estos instrumentos, el sonido se vuelve cada vez más fuerte y embriagante. Estamos preparados para fundirnos en la locura que está por desatarse en esta música instrumental y una vez comienza a mezclarse la percusión y la guitarra, ya no hay vuelta atrás. Ha llegado nuestro momento, es hora de liberarnos, así que levántate de la mesa, súbele el volumen a esta melodía y deja que su adrenalina te recorra la sangre mientras saltas y lanzas golpes al aire, como si estuvieses en un pogo, rodeado de personas y dispuesto a drenar todo aquello que te atormenta.

No hay duda de que Zen Garden II es la perfecta elección si necesitas música para video épica, pues no hay nada más potente y expresivo que una melodía ideada para hacernos vibrar con ella. Y es que si eres de ese tipo de personas que le gusta sentir de verdad la música, rápidamente descubrirás que este es un sonido real, sincero y directo. No se traiciona a sí mismo en ningún momento. De principio a fin ofrece una atmósfera de suspenso, rabia en sus instrumentos, fuerza en su ritmo y un frenesí que solo nos inspira deseos de saltar contra las paredes y romper cualquier objeto que se cruce en nuestro camino.

No hay muchos instrumentales de hard rock que sean tan efusivos y dinámicos. La mayoría se concentra en darle demasiado protagonismo a los sonidos fuertes e industrializados, pretenden ser “duros” por todos los medios, pero Punch Deck ha tomado un camino totalmente diferente. En su creación todo es posible, es ideal para usarse como música para juegos o música para videos, pues trabaja perfectamente los espacios en donde el protagonista son los sonidos melódicos que producen las guitarras dulces, las mismas que nos suben y bajan por melodías agradables al oído, pero también hay espacios frenéticos en donde los instrumentos gritan, se rompen y explotan ante nosotros, creando un sonido bestial que nos recorre el cuerpo y nos hace sentir, por fin, un poco de liberación de energía y rabia.

Desde luego, también hay espacio para pausas dramáticas, espacios donde el ritmo se vuelve más tenue y acompasado, pero no te acostumbres mucho a esa calma artificial, no te relajes demasiado porque una vez se rompe este instante, la violencia y la brutalidad regresa con fuerza y furia, cargada de frenesí y desespero, de adrenalina y una dosis mortal de fuego.

Ahora comienza la verdadera intensidad de este instrumental de hard rock, la carga más violenta y dura. Ante ello, simplemente cerramos los ojos y nos convertimos en protagonistas. Somos nosotros detrás de esa batería, haciéndola sonar hasta romperse; somos nosotros detrás de las guitarras que se van quedando afónicas debido a la fuerza con la que cantan; somos nosotros detrás de esta orquesta de rock que le grita a nuestros oídos que ha llegado el momento de drenar todos los malos momentos de la semana, dejar que fluyan a través de este sonido acelerado que nos permite gritar y correr, cada vez más rápido hasta que no sintamos las piernas, hasta que todo lo malo desaparezca… hasta que esta música de película épica concluye y al abrir los ojos, ya no somos las mismas personas.

Esta música sin copyright nos ha transformado. Todo lo que pesaba sobre nuestros hombros ahora se ha desvanecido. Los problemas, la rabia, la frustración, todos estos sentimientos negativos se terminaron y todo fue gracias a esta excelente melodía, la cual puedes descargar gratis y llevarla como una canción terapéutica a donde quiera que vayas.

De igual forma, si eres un creador de contenido o un desarrollador de videojuegos y quieres usarla como música para video o música para juegos novedosos, también la puedes descargar gratis y valerte de su licencia flexible. Esta es una música sin copyright, así que infórmate con más detalle acerca de su licencia y deja que se convierta en el sonido de tus proyectos.