El californiano Mike Baker no teme introducir cualquier elemento novedoso en sus composiciones. Por esto, el inicio de la canción parece ser el preludio de una pieza electrónica. El estilo sincopado propio de dicho género invade los primeros segundos. Un fondo que se entrecorta con un golpeteo le aporta un toque vigorizante a la introducción.
Gracias a ese contacto inicial, el creador consigue destacar por contraste el sonido de la guitarra eléctrica que acompaña su voz en el siguiente bloque. Estos tipos de giros formales a lo largo de la canción son los responsables de generar cierto dinamismo musical. A medida que transcurren los minutos, se vuelven más recurrentes. En ocasiones, añade partes en las que estas mezclas hacen pequeñas intervenciones en el desarrollo de la melodía.
Como buen músico deudor de la tradición rock, hace intersticios donde predomina la guitarra eléctrica. Tal rasgo recuerda el valor que tiene el solista en el show que fabrica para sus espectadores. Esos espacios hacen imaginar el performance del ejecutor en la tarima, una evocación clásica que no puede faltar en el rock. El guitarrista es el que le da vida a la producción y Baker lo hace notar con unos solos electrizantes.
Una de las características en las que se puede identificar a Mike Baker es dentro del ámbito del desenfado. Tanto el contenido de sus letras como la estructura de cada pieza intenta compartir un mensaje de vida relajada. Esta línea de ir donde nos lleve el viento trata de resquebrajar los esquemas comunes donde están cimentadas las bases de la sociedad. En consecuencia, lo que se busca con el arte musical es abrir grietas en la monotonía y el aburrimiento.
De hecho, el tema central de Suicide Tuesday responde a esa finalidad. Es posible leer en su título hacia dónde apuntan las intenciones de Baker. Justamente, elige un día tan tedioso como el martes. La letra nos pone ante un escenario del cual la mayoría quiere huir: una aburrida jornada de semana, un martes de suicidio. Con ese término jocoso nos lleva a la vida de una chica que desea escapar de esa realidad bailando y divirtiéndose.
A pesar de que parezca un planteamiento banal, no carece de importancia. Desde sus orígenes, el rock siempre se preocupó por poner en tela de juicio aquello que se consideraba normal. Esto se logra a través de una perspectiva crítica que pone en fuga esos lugares comunes. Echar por la borda el trabajo y las obligaciones para hundirse en un mar de sensaciones musicales deja mucho que decir sobre la vida moderna.
Suicide Tuesday pertenece a ese repertorio de música para YouTube que debes tener en tu lista para no olvidarte de lo esencial. Aunque el aspecto aparente es de fiesta y alcohol, Baker lleva de la mano al receptor por un lugar que no frecuenta muy a menudo. Ese espacio en el que únicamente importa el momento presente, el cuerpo y sus emociones. Al encender la música el arte quiebra la absurda realidad para mostrarnos un universo olvidado en nosotros mismos.
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