En esta ocasión más que palabras debo mostrarte una revelación prodigiosa de la música clásica. Una obra que muchos asocian al inicio de la carrera de Bach y otros a su madurez, —así de difícil es clasificarla—, pero que, sin duda alguna, forma parte del legado de un hombre capaz de llegar a lo más hondo de nuestro ser con una composición prodigiosa y digna de ser escuchada. Acompáñame y descubramos juntos la maravilla que esconde Toccada y Fuga, una pieza invaluable de nuestra cultura occidental.

Con la primera nota de la composición encontramos la Toccada, una pieza que nace de las entrañas del órgano y marca un punto inicial de una obra cuya personalidad se asocia muchas veces a la influencia del norte de la Alemania de 1704.

Transcurrido los primeros segundos de esta pieza, los sonidos se envalentonan, el órgano muestra algunas de sus diferentes voces y los cambios inesperados aparecen con mayor resolución y soltura mientras el oído se acostumbra a este sonido —asociado muchas veces a las iglesias y a las armonías celestiales—, para luego quedar en un silencio momentáneo que da paso a la Fuga.

Desde el minuto 2:30, somos testigos de una composición que nos envuelve: su estructura está enmarcada bajo un palpable tratamiento rapsódico que nunca disimula. El grueso de esta pieza transcurre en 222 compases que beben de arreglos estilísticos de Italia y desglosa un intenso juego episódico. Cada sonido parece independiente, como si hablaran uno encima de otro, pero de una forma prodigiosa y compacta. Aunque estos sonidos podrían generar disonancias y ruidos, debido al juego de armonías y compases que se enfrentan a cada segundo, lejos de producir caos, más bien construyen arte, representan la esencia de esta obra y el nacimiento de una genuina belleza.

Es por esta razón que esta composición es vestigio de una carrera que llegaría a ser sumamente exitosa. A lo largo de su partitura mantiene una base contrapuntística que pasea al oyente por diferentes regiones armónicas y lo hace parte de un universo arrancado de las voces del órgano y de esos sonidos que levanta con cada pulsación. Por ello, conforme avanza, encontramos elementos y melodías que generan una profunda excitación gracias a los cambios inesperados y a las armonías atrevidas, inusuales y compuestas de forma tal que solo podemos quedarnos absortos ante ella, intimidados por su colosal dominio y hechizados por el embrujo natural de una de las composiciones más trascendentes para órgano que ha creado el ser humano.

Por otra parte, Toccada y Fuga tiene muchos puntos fuertes. En el fondo es como si se anclara en el alma y nos dejara con la atención fija en esas melodías que, conforme escuchamos, se vuelven parte de nuestro espíritu y nos empujan a visualizarnos a nosotros mismos pulsando apasionadamente las notas del órgano y arrancándole esos sonidos que vienen de nuestro interior.

Y mientras avanza la marcha, somos testigos mudos de esos sonidos que se aceleran, de arreglos que se ubican por encima de nuestras cabezas y de melodías sujetas a la tierra y a nuestra compañía. Así, a cada segundo nuestro cuerpo se mese violentamente sobre una misma posición con el afán de perseguir el compás de una pieza que asciende y desciende, que crece y muere, todo con tal rapidez y sutileza que bajamos la guardia de forma gradual, nuestros sentidos quedan vulnerables y expuestos y justo en ese momento, el hechizo de esta obra nos envuelven y quedamos perdidamente embriagados.

Estas sensaciones se repiten constantemente, paseándonos por un estado de excitación y sosiego progresivo hasta ingresar a un mundo creado por sonidos, armonías y compases que, por supuesto, edificó un compositor capaz de dejarnos absortos e incapaces de huir de tan íntimo sonido.

Si te ha gustado la majestuosa e inicial obra del maestro Johann Sebastian Bach la deberías descargar gratis en nuestra página y, por supuesto, dejarnos un comentario de lo que significa para ti esta pieza o cómo la interpretas desde las entrañas de tus sentimientos y emociones.