Genre: Indie, Pop

Basta un segundo para darle play a Lorelei. Un segundo, una decisión, un momento que te transportará de inmediato a la orilla de la playa con la brisa salada levantando la arena y el relajante sonido de las olas que se une a la música y encuentra una representación fiel de su vaivén a lo largo de la canción, pues ese ir y venir del mar anhela conectar al oyente con una sensación de estabilidad y la imagen de un paraíso tropical.

En esta atmósfera idílica, unos dedos despiertan la música, la cual se introduce de forma pausada, casi tomada de la suave mano de esa voz femenina que se mantiene en absoluta calma y, conforme avanza la melodía, nos despierta las ganas de mover el cuerpo y seguir su ritmo seductor. Allí en donde se escucha su sonido, el ambiente se torna ideal para disfrutar este pequeño instante de vida. La playa adquiere otros colores, las personas se relajan y el mundo entero parece sumarse a esta tranquilidad colectiva.

Con una mezcla de pop y dance, Emmanuel Dalmas te atrapa en una atmósfera donde solo hay espacio para la diversión y la relajación. El ritmo de la electrónica y la voz de la cantante nos mantienen bailando en el húmedo calor del océano, el sol y la arena, lo que la hace perfecta para descargar en mp3 y llevarla por un viaje en carretera o para hacer que la fiesta adquiera una nueva atmósfera.

Aunque, si prestamos atención y escuchamos con detenimiento lo que relata la voz, descubriremos que hay algo más detrás de ese ritmo pegajoso y alegre, algo triste y melancólico. Esa voz narra una historia de pesar y añoranza, un anhelo por el pasado y el dolor producido por una relación que una vez le llenó el corazón y ahora solo le ha dejado soledad. Sus palabras explican sus recuerdos y la más terrible de todas las condenas: la incertidumbre y la espera, allí, frente al mar, con el alma besada por el sol y la esperanza en las pupilas.

Esta es la razón por la cual la atmósfera que construyen los sonidos de las olas encajan a la a perfección con los sentimientos narrados en su letra. Además, no solo es mar y música, sino un sutil eco que acompaña a su melodiosa voz en los versos que vienen justo antes de mencionar a Lorelei.

Así, la canción nos conduce a esa vibra de paz mezclada con la tristeza y la búsqueda eterna del amor perdido. Cada segundo nos conduce a una soledad pesada, que se siente aún más grande cuando se está en la inmensidad del mar y que se intenta ocultar con el sonido suave y tranquilo de la electrónica. Así, a lo largo de esta canción, existe la intención de sobreponerse a la pérdida pero es una labor imposible. Todas las noches desvelo y la espera terminan siendo un canto a la ausencia y al amor, a la espera y a esa nostalgia, todos elementos que son imposible sacarse del cuerpo y que se lanza a la mar en un viaje sin regreso.