Un piano suave que parece dejarnos una pregunta en los labios se pasea inquieto, con la inocencia del niño que lo mira todo con los ojos de la inexperiencia, y nos transporta a un ambiente pacífico. La que nos muestra es una realidad tranquila, la cara adversa de la moneda en la que todo parece tener un orden y una calma perfecta. A cada segundo la melodía se hace valiente, firme, decidida. Su sonido se vuelve maduro y constante. En poco tiempo parece sufrir una metamorfosis muy sutil frente a todos nosotros y nos lleva a la plenitud de esa atmósfera de paz y sosiego que ha creado desde los primeros segundos.

Toparse con One For Bill es una experiencia interesante. En el fondo de nuestro corazón no sabíamos que la estábamos buscando pero, ahora que la hemos encontrado, ya todo parece perfecto. No hay insistencias, todo es natural en su sonido y las armonías mutan suavemente hacia variaciones dulces. La vida fluye con nosotros y esto genera la posibilidad de conversar, reír y vivir alegremente al ritmo de esas preciosas notas del jazz que danzan en nuestros oídos.

Pero este sonido no viene solo. A él se le suma un bajo que no hace más que referirnos a ese lugar hermoso cuyo ambiente idílico nos invita a conocer con profundidad nuestra alma. En esa misma línea, se agrega furtivamente una batería muy suave con sus bombos y el repiqueteo tenue de los platillos. Su sonido va con un tempo libre, tranquilo y convencido de que está agregando el último ingrediente a una pieza preciosa. Así, la armonía está completa y bajo el encanto de estos instrumentos nos rendimos felices ante su sonido, pues todo ganamos al ser parte de su melodía.

Esta creación de Darin Wilson recuerda un poco al gran Soul Jazz de los años setenta. Durante esa época, grandes artistas como Jimmy Smith, Charles Earland y Eddie Harris dieron vida y forma a una vertiente de este género musical y trazaron una influencia que incluso llega hasta nuestros días. De hecho, gran parte de la estructura de este jazz parece estar inspirada o sometida a la influencia del blues. Lleva un tempo un tanto pausado con la marcha firme de los instrumentos —especialmente de la batería—, y una variación interpretativa que busca insuflarle un poco de emoción a través de, en este caso, las secuencias melódicas del piano.

De hecho, no es casual que el Soul Jazz haya derivado, con el tiempo, al Smooth Jazz, un género estilístico que tiende a ser más comercial y mezcla diferentes sonidos de otras culturas musicales. One For Bill podría suscribirse en varios de los elementos de este tipo de jazz, especialmente porque su característica principal gira entorno a una despreocupada y ligera variación rítmica que no persigue nada en concreto ni tampoco tiene pretensiones. Se contenta simplemente con mantenerse elegante, libre y pura. Como si fuese el sonido perfecto para ambientar una noche, una fiesta o un momento que va a vivir eterno en el recuerdo.

Para muchos One For Bill puede pasar inadvertida. De hecho, es válido que esto suceda. Sin embargo, cuando se le da una oportunidad todo cambia. El valor que posee es digno de ser incorporado a nuestras playlist y utilizarlo en esos momentos en los que se necesita un espacio de absoluta tranquilidad para tomar las grandes decisiones o fluir a su ritmo a través del mundo de la creatividad o la concentración mientras realizamos un trabajo. Da igual la paradoja que atravieses o la inspiración que necesites, esta melodía puede ser un gran estímulo sonoro para llegar a donde deseas.

Entonces, ¿estás preparado para sumergirte en su sonido y llevarlo a todas partes? Si es así, recuerda que puedes descargar gratis esta y muchas más composiciones de jazz en nuestra página. Tenemos un gran catálogo de diferentes géneros que pueden resultarte más que útiles e interesantes. No te vayas sin decirnos qué opinas de esta canción y si te ha gustado. ¡Nos interesa contar con tu opinión!